Por Oscar Díaz Salazar
Para algunos analistas políticos, la sucesión de Manuel Cavazos Lerma en la gubernatura de Tamaulipas tuvo dos momentos decisivos:
El primero con la derrota en la elección por la presidencia municipal de Matamoros de Homar Zamorano Ayala, el colaborador más disciplinado y tolerante (con el jefe) del gobernador del sombrero
El segundo fue cuando Antonio Sánchez Gochicoa rechazó la invitación a trabajar en el gobierno de Tamaulipas, en la Secretaria de Finanzas o Tesorería del Estado, un cargo que le pareció poca cosa al político tampiqueño apodado El Toby.
El matamorense que al final se alzó con la candidatura y con el cargo de Gobernador constitucional de Tamaulipas, Tomas Yarrington Ruvalcaba, supo, con 3 años de anticipación, que su rival mas fuerte en el animo del economista Manuel Cavazos, lo era quien intentó sin éxito sucederlo en la alcaldía matamorense… de ahí que, se dice, le ayudó a su compañero de partido a perder, y a Ramón Antonio Sampayo a ganar las elecciones con las siglas del PAN.
La previsión es una de las grandes cualidades de los políticos exitosos. Anticiparse a los acontecimientos y montarse a la cresta de la ola, adivinando o previendo por donde viene la jugada, es una estrategia muy apropiada para triunfar en la política.
Y en eso de ser previsor, una de las cosas mas importantes es detectar a los futuros enemigos o competidores, y sacarlos de la pelea antes de que se fortalezcan y presenten un frente de batalla que provoque daños mayúsculos.
Una historia similar se presentó en Reynosa en las primeras semanas en las que despachó como presidente municipal el Ingeniero Humberto Valdez Richaud, alias el Betico. El ahora Secretario de Desarrollo Social del gobierno de Tamaulipas, llegó a Reynosa para relevar a Luis Gerardo Higareda prácticamente sin equipo, sin colaboradores, sin un grupo que lo arropara y le ayudara a gobernar, que hubiera consolidado con tiempo.
De los pocos personajes que creyeron en el Betico y se le acercaron varios meses antes de su llegada al palacio municipal, hay uno que tuvo la desafortunada ocurrencia de comentarle a Valdez Richaud su intención de buscar, con el tiempo y el ganchito que esperaba obtener de su amigo, ser candidato a diputado local.
Fue la última vez que le extendieron una invitación para viajar con el presidente y participar en los actos de la administración municipal, a pesar de tratarse de un funcionario del gobierno estatal, que obtuvo el cargo precisamente por la intervención del Betico, en la época en la que atendía la Secretaria Particular del Gobernador Yarrington.
Les platico estas historias como preámbulo al comentario del gravísimo error político que cometen en estos días que corren, los amigos de Everardo Villarreal Salinas, el candidato priista a la presidencia municipal de Reynosa
El Diputado federal con licencia, Villarreal Salinas, ha dejado correr las ambiciones y las declaraciones de los cuates que le ayudan en su campaña, quienes por cierto están cayendo en el error de querer lucrar con la zalea cuando aun no han cazado el oso.
Los muchachos que conforman el primer circulo del candidato a presidente municipal de Reynosa ya están pensando, haciendo planes, y lo que es peor: hablando, sobre los sueños guajiros de alcanzar la gubernatura del Estado de Tamaulipas, dentro de seis años, es decir en la sucesión del Dr. Rodolfo Torre.
Si esto llega a oídos de los victorenses y torrecistas, que consideran patrimonio suyo y a perpetuidad el gobierno estatal, pueden exponerse a las previsiones, a las medidas correctivas para erradicar una amenaza a tiempo.
Reynosa Tamaulipas a 17 de abril de 2010
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