sábado, 27 de marzo de 2010

Felipe Garza Narváez

TANGENTE
Por Oscar Díaz Salazar

Regímenes parlamentarios se denominan los sistemas de gobierno en los que el poder legislativo es el núcleo de la vida política, es el sitio donde se toman las grandes decisiones, incluida la designación o elección, conforme a la correlación de fuerza representadas en el parlamento, de los titulares de los otros poderes, tanto del ejecutivo como del judicial.

En cuanto los priistas perdieron la presidencia de la republica, la silla del águila, el acceso al despacho presidencial de Palacio Nacional y las llaves de la residencia oficial de “Los Pinos”, se aplicaron en proponer reformas necesarias para el bien de la patria –así las anuncian ellos- que acotaran el poder del presidente y le dieran mayores facultades al Congreso de la Unión, estrategia que emprendieron con mas entusiasmo en cuanto lograron la mayoría simple en la Cámara de Diputados.

Para el éxito de sus propuestas, por lo menos en el debate publico, los tricolores han contado con la convicción, la simpatía o tolerancia, en el partido del frente, en el bando albiazul, de un presidente formado políticamente en el legislativo, un personaje que por años propuso medidas tendientes a limitar el poder legal o extrajurídico de los presidentes y otorgarle mayores facultades al legislativo.

Aun suponiendo que los priistas abogan por un nuevo reparto de tareas en la vida publica de nuestro país, por la sencilla y única razón de que así conviene a sus intereses de este momento, coincido en la idea de hacer un ajuste en las facultades, tareas y obligaciones que tienen los entes de gobierno que tenemos los mexicanos y con mas razón en el estado de Tamaulipas.

Lamentablemente no se puede hacer la defensa del legislativo y la propuesta de darle mayores responsabilidades al Honorable Congreso del Estado Libre y Soberano de Tamaulipas, en estos momentos en los que la conducción de la asamblea en la que se deposita el poder legislativo en nuestro Estado, se le ha encargado a un individuo con habilidades para la adulación, con talento para el protocolo, pero con graves carencias en cuanto a sustancia, independencia, capacidad e inteligencia.

El odontólogo Felipe Garza Narváez, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, ha conseguido la hazaña de provocar la nostalgia por su antecesor en el cargo, pues para propios y extraños, para sus pares los diputados al Congreso del Estado y para los periodistas que cubren la fuente, tenia mas manejo, mas mano izquierda, mejor trato y mostraba mas respeto el Dip. Ricardo Gamundi Rosas.

Una de las tareas mas relevantes que tiene a su cargo el poder legislativo es sin lugar a dudas la revisión de las cuentas publicas de municipios, gobierno del estado, entidades paramunicipales, para estatales y todas las dependencias en las que se maneja dinero de los contribuyentes tamaulipecos. Y en esta responsabilidad lo que prevalece es la opacidad, la improvisación y la autorización en automático de todas las cuentas de los aliados del PRI, y en contraparte la posposición con fines políticos de la aprobación de las cuentas de la oposición y de los políticos incómodos.

Ni siquiera pa taparle el ojo al macho, para guardar las apariencias, para cuidar las formas, se rechaza una cuanta publica. Y en esto no crea que solo se aplica la disciplina partidista y la subordinación al ejecutivo.

No me sorprendería que siga vigente la practica de cambiar beneficios por el visto bueno a las cuentas publicas, como los que ocurrían años atrás en las que se enviaba una suburban del año, de la agencia, nuevecita de paquete como dice el conductor de televisión, a cambio de que pasaran sin contratiempos las cuentas de la COMAPA de Reynosa.

Ni un solo comentario, mucho menos una investigación, le ha merecido al dentista Garza Narváez, el señalamiento del Diputado Díaz Casillas sobre el gasto millonario en viáticos y gastos personales del diputado Ricado Gamundi… entendemos que se haga el desentendido con el mal manejo de los recursos del Congreso de Tamaulipas, para que lo que ocurra en su tempo, reciba el mismo trato de tolerancia de quien le suceda en el cargo.

Millones de pesos ejerce con total opacidad el señor del bigote pintado, el mismo que ha sido omiso en el cumplimiento de sus responsabilidades como auditor de las cuentas publicas, el que ha hecho su mejor innovación en las practicas parlamentarias con la aplicación de la figura de obvio y urgente rechazo a cuanta propuesta surge de las fracciones opositoras, el que ha sido integrante de tres legislaturas en las que solo acumulo dinero y mañas, pues conocimiento no se le mira.

Concluyo con el comentario de un amigo que compara el flamante recinto legislativo con las vitrinas que adornan los salones comedores de los nuevos ricos, en las que se atesoran finísimas copas, vasos y vajillas, que jamás se utilizan, que son de exhibición, que solo se emplean en la presunción del nuevo status y que al final solo sirven para acumular polvo.

Así como estas vitrinas es el edificio legislativo que recién estrenaron los señores diputados locales de Tamaulipas. Hermosa vitrina en la que se muestran los metrosexuales representantes populares, que acuden con el bigote recortado y pintado, las canas disimuladas y la pose de divo… que lamentablemente no sirven para gran cosa.

Oropel, apariencia sin sustancia es la que encontramos en el mas veterano de los diputados de Tamaulipas, en el sujeto que solo se preocupa por su imagen y que ha gastado cifras millonarias en empresas que han venido a grabar, para el spot de televisión, las sesiones del ache Congreso en las que el muchacho de la película es el galán otoñal que responde al nombre de Felpe Garza Narváez.