El 4 de Julio en Tamaulipas vamos a elegir gobernador, alcaldes y diputados locales, y si bien es cierto que en las dos últimas elecciones el PRI ha arrasado al PAN y a todos los demás Partidos Políticos con registro en el Estado, este año parece ser que las cosas van a ser muy diferentes.
Por querer imponer a sus candidatos en varios municipios, a Ricardo "El Negro" Gamundi se le complicaron las cosas en ciudades como Mante, Matamoros, Reynosa, Río Bravo y Tampico, por mencionar solo algunas. Y aunque el dirigente del tricolor en Tamaulipas ha negado sistemáticamente que se le haya hecho bolas el engrudo, los conflictos al interior de su Partido reflejan todo lo contrario.
Tienen los priístas en el Dr. Rodolfo Torre a un precandidato muy desangelado, que no convence ni a sus correligionarios en la contienda interna, y quien dista mucho de tener los amarres, la experiencia, la preparación y las "tablas" que sí podían presumir los personajes a los que dejó en el camino por la decisión unilateral de su jefe Eugenio Hernández Flores.
Pero al margen de los anterior, que dicho sea de paso para nada son cuestiones menores, el verdadero problema al que se enfrenta el Partido Revolucionario Institucional es la falta de credibilidad que tienen las autoridades locales emanadas de ese instituto político. Esta total desconfianza se la han ganado a pulso durante toda su gestión, pero ha venido creciendo exponencialmente a raíz de la grave crisis de seguridad pública que se vive en Tamaulipas.
Ataques a los edificios públicos, cierre de calles y carreteras, enfrentamientos con saldos de muertos y heridos, policías desaparecidos, se han vuelto cosa de todos los días. Y mientras nuestras autoridades municipales y estatales insisten en su versión de que estamos bien, que no pasa nada y que son solo chismes y rumores cibernéticos, los padres de familia están atemorizados y no llevan sus hijos a la escuela, los comercios tienen pocas ventas, los restaurantes reciben escasos comensales, los hoteles sufren una baja ocupación, etc.
Por un lado, el PRI y sus aliados firman un pacto para no politizar el tema de la inseguridad pública durante el proceso electoral, y por el otro el PAN no suscribe dicho acuerdo y su precandidato al gobierno del Estado - el Senador José Julián Sacramento - va más allá, al sostener que la seguridad pública será su principal tema de campaña. Y ya lo ha empezado a demostrar, primero con sendos mítines en Reynosa y Matamoros, y después con una caravana por la paz en Tamaulipas donde cientos de vehículos recorrieron con banderas blancas la carretera desde Nuevo Laredo hasta Reynosa.
Si a esto le agregamos que con Ramón Sampayo el PAN puede recuperar Matamoros, que con Magdalena Peraza los blanquiazules ganarían de nueva cuenta Tampico, y que si no se equivocan de candidato en Reynosa, pueden los panistas otra vez alcanzar la presidencia municipal, la situación se pone color de hormiga para los tricolores. Posiblemente Sacramento, el que decían era un candidato "a modo", sea todo menos una empresa fácil en esta elección...