lunes, 11 de octubre de 2010

El PRI es la Dictadura Perfecta

Visión Empresarial

Por Jorge Pensado Robles

Mi primer encuentro con Vargas Llosa fue en “La Guerra del Fin del Mundo”, 1981, cuando apenas tenía unos veinte años. Lectura de difícil comprensión para un joven, mas sin embargo entre la religión y el mesianismo, el autoritarismo y la revuelta sebastianista y la narración de hechos históricos del Brasil del siglo XIX me cautivó su lectura y encontré a un escritor que invitaba a leer otros de sus libros, encuentro que continuó con “La Casa Verde” y “Conversaciones en la Catedral”.

Político y Autor de una vasta obra, que tras negársele por años finalmente se le reconoció con el Premio Nobel de Literatura 2010, a pesar de la evidente molestia de Alan García, presidente del Perú, ya que Mario Vargas Llosa es un crítico sistemático e incómodo del gobierno, hoy con el máximo galardón que la humanidad otorga a lo más selecto entra al exclusivo grupo de ilustrados de las letras.

Al igual que Vargas Llosa, Liu Xiaobo, no tuvo del gobierno chino la aceptación de su premio Nobel de la Paz, sin embargo la humanidad reconoce su lucha pacífica por dos décadas en contra del autoritarismo del gobierno Chino, así como contra la falta de garantías básicas como el respeto a la libertad de expresión y elecciones libres y democráticas.

Ambos coinciden con su congruencia en el tiempo por demandar, a pesar de la represión sufrida, el respeto que se merece todo ciudadano o país para expresarse en libertad, así como el derecho a criticar, cuestionar, demandar y exigir a su gobierno condiciones democráticas y el respeto por los derechos humanos.

Haciendo memoria, Vargas Llosa a principios de los noventas, en una conferencia de prensa donde también lo acompañaba otro Nobel de Literatura, Octavio Paz, apunto lo siguiente; "México es la dictadura perfecta. La dictadura perfecta no es el comunismo. No es la URSS. No es Fidel Castro. La dictadura perfecta es México", dijo un Vargas Llosa que a estas alturas ya parecía de nuevo el político intenso de hace unos meses. México, siguió, "es la dictadura carnuflada". "Tiene las características de la dictadura: la permanencia, no de un hombre, pero sí de un partido. Y de un partido que es inarnovible", como lo atestigua El País en una nota del primero de septiembre de 1990.

Y continua,"Yo no creo", refiriéndose al PRI, "que haya en América Latina ningún caso de sistema de dictadura que haya reclutado tan eficientemente al medio intelectual, sobornándole de una manera muy sutil".

“Los mazazos de Vargas Llosa parecían no terminar. Había asombro en la audiencia. Por un lado, es casi una regla no escrita del sistema político mexicano, léase el régimen priísta, que a los extranjeros les está vedado opinar en México sobre el país. Y peor de un latinoamericano, que por lo general, huyendo de exilios y persecuciones, acude a México, en busca de asilo”.

Tras estas contundentes palabras y el prurito que le causo a “El Innombrable” presidente en ese momento de México y de triste recuerdo para la mayoría y que el día de hoy es el mentor de Peña Nieto, lanzó toda la jauría de políticos, escribanos y medios cooptados por el sistema en contra del hoy laureado premio Nobel de Literatura, exiliándolo extraoficialmente.

La persistencia del pensamiento crítico y analítico del hacer del gobierno aún en varias entidades de nuestro país, tras 80 años de dictadura perfecta, genera persecución, asesinatos, marginación y amenazas a quienes cuestionan la falta de elecciones limpias, libertad de expresión, falta de transparencia y el respeto a los elementales derechos humanos, así como por señalar la corrupción, la demagogia y el mesianismo con el que se maneja el gobernador o rey en turno.

Así como Liu Xiaobo y Vargas Llosa han sufrido persecución de sus respectivos gobiernos, en México, en concreto en algunas entidades en donde el autoritarismo aún es evidente, hay decenas de ciudadanos que debieran recibir un reconocimiento por su pensamiento crítico y valor para expresar sus ideas, en las que en muchas ocasiones podremos no estar de acuerdo en ellas, pero como ciudadanos debemos defender su derecho a expresarlas, como lo menciono Voltaire durante La Ilustración en el Siglo XVIII.

Así que como Tamaulipecos reconozcamos a quienes por nosotros alzan la voz, critican y proponen lo que posiblemente muchos no nos atrevamos a decir en voz alta.

Agradezcamos a quienes sin intereses de por medio defienden nuestros derechos a pesar de vivir en una sociedad codiciosa, avariciosa, egoísta y con mas miedos que nunca antes.