miércoles, 29 de diciembre de 2010

Luebbert: Subete a mi moto

Reporte Frontera
Seth Rojas Molina

Miércoles 29 de diciembre de 2010
El presidente municipal de Reynosa, Oscar Luebbert Gutiérrez, quien entrega su cargo el 31 de diciembre de 2010, deja las finanzas municipales quebradas y una grave crisis en la prestación de los servicios públicos de la ciudad.

El problema social más severo derivado del desorden presupuestario que caracterizó al trienio del mandato del también ex senador de la república, es el derivado de la suspensión de la recolección de basura en la ciudad.

La empresa PASA, concesionaria del servicio integral de limpieza en esta frontera, desde hace casi un mes dejó de recolectar los desechos domésticos de la ciudad porque el municipio le adeuda más de 20 millones de pesos.

El alcalde, el secretario de Finanzas de la Presidencia Municipal, Raúl Jiménez Cárdenas, y otros altos funcionarios del municipio, alegan que al término de esta administración enfrentan profundas restricciones financieras derivadas de la reducción de participaciones federales, pero en realidad la falta de liquidez es consecuencia de malas prácticas en el ejercicio del presupuesto municipal.

Una de ellas fue el despilfarro de los recursos públicos mediante la adquisición injustificada de bienes y servicios. En medio de enormes carencias de servicios públicos en zonas marginadas del municipio, las autoridades municipales en poco más de un año se gastaron al menos 60 millones de pesos para el financiamiento de actividades cargadas de frivolidad.

Muchas partidas se ejercieron sin cumplir con los mínimos requisitos que establecen los criterios de eficiencia, eficacia y economía que deben regir el manejo de los recursos públicos. Desde el arranque de la administración en el 2008 hubo literalmente una pachanga presupuestal.

Entre muchísimos casos de compras onerosas, destaca la adquisición de una motocicleta Harley Davidson, con un valor superior al cuarto de millón de pesos, para que Luebbert Gutiérrez tuviera vehículo para participar en un evento de motociclismo que se realizó en la ciudad. Un pelo del gato del manejo abusivo del erario de Reynosa.

Pero una cosa fue el ejercicio manirroto del presupuesto y otra el apoderamiento que cometieron sobre el dinero del municipio.

El equipo cercano de Luebbert Gutiérrez puso en práctica diversas acciones para hacerse de los recursos munipales: manipularon y simularon adquisiciones de bienes y servicios, siempre con sobre precios. Usaron la partida de subsidios y subvenciones para su personal provecho, principalmente a traves de las cuentas de becas y apoyos a indigentes.

También para su ventaja manipularon los procedimientos para contratación de la obra pública que se construyó desde 2008. A cambio de un porcentaje del total del contrato asignaron las obras a un grupo de contructores allegados a ellos y dieron contratos a empresas en las que tenían un interés directo.

Todo lo volvieron opotunidad de negocio. Así, convirtieron la autorización de fraccionamientos en vulgar producto de mercadería. El trámite de esos procedimientos, que requieren la autorizacion del cabildo, generó millonarias ganancias tanto para funcionarios de la presidencia municipal como para algunos miembros del cabildo.

Otra de las maquinaciones que organizaron para enriquecerse fue el desvío directo de los ingresos municipales como, por ejemplo, el Impuesto sobre Adquisición de Inmuebles. Mediante una burda manipulación de la papelería utilizada para el trámite de esa contribución, a la que se le imprimía un sello de pagado sin que la cantidad consignada ingresara a cajas, desviaron cantidades multimillonarias.

De esta manera pudieron aumentar sustancialmente su caudal personal. Compraron bienes inmuebles en Reynosa, en fraccionamientos como Las Quintas o Las Haciendas.

Adquirieron lujosas viviendas en la zona residencial más exclusiva de Mission, Texas. En el sureste texano abrieron empresas del ramo inmobiliario, de la producción y reciclado de productos derivados del petróleo, entre otros.

Uno de ellos incluso de dio el lujo de remodelar completamente la casa chica que tiene en el centro de la ciudad en Reynosa.

Al final de la administración se quedaron dinero y tratando de atenuar las graves consecuencias de su falta de probidad, entre otras acciones decidieron reducir su nómina. Con esta decisión afectaron a cientos de empleados municipales al suspenderles la entrega de compensaciones salariales, gratificaciones o comisiones.

En algunos casos incluso se les suspendio el salario tratando de forzar a los trabajadores a que abandonaran su empleo. Desde funcionarios de primer nivel hasta empleados generales la reacción fue la misma: una marcada irritacion que se tradujo en amargas criticas contra el alcalde y el tesorero.

El daño estaba hecho. La desmesura se impuso y la prestación de los servicios públicos prácticamente se paralizó. Luebbert Gutiérrez deja la ciudad hecha un verdadero desastre.

Quienes se escandalizaron con los desastrosos resultados de la administración municipal del panista Francisco García Cabeza de Vaca, caracterizada por el uso patrimonialista del dinero público, por su desvergonzada corrupción, tres años después nuevamente tienen motivos para asombrarse.