viernes, 31 de diciembre de 2010

Secretaria de Desarrollo Económico

Tangente
Por Oscar Díaz Salazar

Por la Secretaria de Desarrollo Económico del gobierno de Tamaulipas, han desfilado personajes tan diversos en su preparación, lugar de origen, experiencia y visión de la tarea que desempeñaron, que bien podemos aplicar en ellos la frase que hace referencia a ese platillo prehispánico muy utilizado en estas fechas: los tamales, que pueden ser de azúcar, de chile y de manteca.

Apenas en el mes de noviembre dejó esta Secretaria de Desarrollo Económico y del Empleo, Alfredo González Fernández, quien fue catalogado por la clase política y por algunos periodistas como el más austero de los funcionarios de Geño, quizás por eso es que el nuevo mandatario estatal lo ha puesto al cuidado de los tesoros de su gobierno.

Comerciante de medio pelo en el ramo de la papelerías y artículos de oficina, González Fernández realizó algunas incursiones en la grilla empresarial, concretamente en la CANACO de Ciudad Victoria, mas podemos decir, sin ser exactos, pero sin faltar en esencia a la verdad, que la incipiente y meteórica carrera de Alfredo Gonzalez Fernández se la debe completita a su manager Eugenio Hernández Flores.

El tampiqueño Jorge Reyes Moreno fue el Secretario de Desarrollo Económico y del Empleo en el gobierno de su líder, guía y gurú político, Tomas Yarrington Ruvalcaba, el mismo que le consiguió el boleto de entrada al gabinete de Egidio Torre en la Secretaria de Desarrollo Rural.

Reyes Moreno se formó a lado de Yarrington en la alta burocracia del gobierno federal, siempre a la sombra, analizando información y tarjeteando a su patrón. Por su origen, se supone que conoce a la industria petroquímica, pero a su paso por la dependencia que tenia su sede en el piso 11 de la torre de gobierno, la que se ubica a la orilla del río San Marcos, lo único que demostró fue ignorancia en los temas de su cargo, al grado de que lo mas relevante que registramos a su paso por esa Secretaria es el negociazo con las marismas que compraron a un precio ridículo a los ejidatarios de Altamira, una superficie de miles de hectáreas con frente al mar en la que se mantiene latente un proyecto de desarrollo industrial y portuario.

Por su propio merito y por el contraste con los sucesores, percibimos grande la figura de Miguel Rubiano Reyna, el matamorense que fue titular de la Secretaria de Desarrollo Económico y del Empleo en la primera mitad del gobierno de Manuel Cavazos Lerma. A Rubiano le interesaba en especial crear la infraestructura para incidir en el desarrollo económico. Ejes carreteros, puertos, canales intracosteros (que no se materializaron) y cruces internacionales fueron los asuntos que manejó Miguel Rubiano, siempre con la intención de crear las condiciones para que las inversiones llegaran, y la iniciativa privada hiciera su parte.

Un intelectual con mucha visión fue el que concluyó al frente de la SEDICOT el sexenio cavacista: Salvador Fernández Tavizon, originario de Matamoros y ciudadano del mundo, que lo mismo había vivido y estudiado en Saltillo, Monterrey, Canadá, Alemania y Estados Unidos. Trabajó en la ONU en el tema del desarrollo industrial, es propietario de una mina en un estado vecino a Tamaulipas. Fernández es, en resumen, un estuche de monerías y una cajita de sorpresas, que pese a sus talentos no pudo sobrevivir a las intrigas de la burocracia victorense.

Fortunato Martínez Farias fue el titular de esta dependencia en el sexenio de Américo Villarreal Guerra. Al funcionario americanista que al término de su responsabilidad en Tamaulipas se fue a residir a Nuevo León, le tocó la época en la que el gobierno le ponía casa a los empresarios con tal de que invirtieran… literalmente les ponía casa o por lo menos suelo, y de esa época es que surgen los parques industriales de hechura gubernamental, como el que existe en Ciudad Victoria de camino al aeropuerto.

Comparto con ustedes esta información, para poner en contexto mi opinión sobre el acierto que considero tuvo el gobernador Egidio Torre Cantu, al poner a una matamorense al frente de la Secretaria de Desarrollo Económico y Turismo, dependencia a la que como lo indica su nuevo nombre, le fue incluida la tarea de impulsar la actividad turística.

Me parece que Egidio Torre hizo una buena selección al invitar a colaborar a su gobierno a una dama - que per se ya implica merito – que es de la frontera, región en la que reside el 60 por ciento de la población del estado, y que es experta en la industria maquiladora de exportación.

La Presidenta del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación, así como de la Asociación de Maquiladoras de Matamoros, Mónica Gonzalez García.

Aunque no conozco a la dama, ni he tenido oportunidad de documentarme sobre su trayectoria, me parece valioso que el gobernador reconozca que la maquiladora ha sido una de las palancas del desarrollo de nuestra entidad federativa, particularmente en el norte.

Poner a alguien que le sabe a las maquilas, me parece mas prudente que hacerlo con uno que sin tantearle el agua a los camotes, pretende convertir a la capital del estado en la sucursal del Silicon Valley, o impulsar los proyectos para enlatar chochas, o exportar gorditas de Doña Tota envasadas al alto vacío.

Un funcionario del área de desarrollo económico, originario de Tampico, solía ponderar las bondades de la industria petroquímica sobre la maquiladora, y si bien en la instalación de una sola planta petroquímica se aplican centenares de millones de dólares, resulta que esas fabricas son tan complejas que en su mayoría son automáticas, por lo que se requiere menos de un centenar de trabajadores para su operación. Esa visión de los sureños, los llevó a desatender a la maquiladora, el sector que más empleos ofrece, que mas rápidamente crece… por supuesto que hay muchas áreas de oportunidad o deficiencias para corregir en ese sector.

Por lo escrito en los párrafos anteriores, considero un acierto el nombramiento de Mónica Gonzalez como Secretaria de Desarrollo Económico… y le deseamos el mayor de los éxitos y que logre superar los obstáculos que hay, o le van a poner, en el servicio público.