miércoles, 16 de marzo de 2011

Nos mintieron

TANGENTE
Por Oscar Díaz Salazar

Nos dijeron que se trataba de un portento de la ingeniería regiomontana.

Que en su formación intervinieron expertos de Norteamérica y lo mejor de la ingeniería del noreste de México.

Que es lo mejor que nos pudo ocurrir a los tamaulipecos.

Que seria un modelo de funcionalidad.

Que implicaría un importante ahorro para el gobierno de Tamaulipas.

Que si bien nos había costado muchísimo a los tamaulipecos, al final valdría la pena.

Nos avisaron que tardaríamos muchos años en amortizar el costo de su existencia.

Nos dijeron que seria el mejor legado de Eugenio Hernández Flores.

Supimos que se optó por este proyecto casi al final del sexenio en el que gobernó Eugenio Hernández.

Aceptamos cuando nos dijeron que era derecho, sobrio, resistente, fuerte, austero y muy vertical.

Nos anunciaron que le daría cobijo a mucha gente, que con él encontrarían bienestar y un mejor trabajo.

Nos dijeron que su existencia marcaría un antes y un después en Tamaulipas, particularmente en Ciudad Victoria.

Nos aseguraron que se volvería un referente en el tiempo y en el espacio.

Afirmaron que era un modelo de modernidad, y que su visión era integral.

Prometieron tenerlo listo, y operando al cien por ciento, para el fin del gobierno de Eugenio Hernández.

Lo vendieron como poseedor de características superiores, de cualidades sobresalientes.

Nos dijeron que era sólido, fuerte, confiable, funcional, eficiente e inteligente.

Nos mintieron…

Ya presentó las primeras fallas el proyecto concebido por Eugenio Hernández, su legado.

Ya fue necesario evacuar la Torre de Gobierno para colocarle los primeros parches. Ya falló la mole de concreto y vidrio, ya sonó bofo el proyecto más ambicioso del gobierno anterior.

oscardiaz482@msn.com

Reynosa, Tamaulipas a 15 de marzo de 2011