miércoles, 13 de abril de 2011

Tacha la generosa

TANGENTE
Por Oscar Díaz Salazar

Muchas cuartillas, tinta, bytes, hojas o como quiera usted dimensionar las ideas plasmadas en un escrito, se han utilizado para denostar a los miembros del poder legislativo, para mostrarnos lo ineficientes, caros e inútiles que son nuestros legisladores.

Con ser parcialmente ciertas en lo general las criticas a los Diputados de México, los locales y los federales, y a pesar de la existencia de individuos en los que se puede aplicar la frase que afirma “es mas lo que es, que lo que dicen”, yo difiero de esa opinión que ubica a los miembros de las Cámaras como lo peor, entre lo mas malo.

Quizás porque algunos de mis amigos mas apreciados han tenido el privilegio de servir a los ciudadanos desde una curul, o porque he aprendido a detectar, tras las criticas, los intentos de otros (por ejemplo los titulares del Ejecutivo) de gobernar sin criticas ni contrapesos, de manera autoritaria, es que no comparto el rechazo a los diputados, ni la opinión de que representan lo mas malo del servicio publico y la política.

Como amigo y colaborador de un diputado federal, sé de buena fuente que los miembros de la Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión reciben un salario decoroso, y que tienen prestaciones que superan a la de un simple trabajador asalariado y afiliado al IMSS, es decir al trabajador promedio.

Sé que los diputados federales, todos y cada uno, reciben además de su paga, una dotación de vales canjeables por boletos de avión para viajar con regularidad del sitio donde residen a la Ciudad de México, en donde se ubica el Palacio Legislativo de San Lázaro, recinto oficial de la Cámara de Diputados.

Los viajes del DF a la ciudad donde viven, y viceversa, es una prestación, y de ninguna manera un lujo. Y aquí quisiera abundar en mi comentario, pues me parece importante mencionar que los gastos de traslado por cuenta de la Cámara, sirven para facilitar el traslado frecuente de los diputados al sitio donde están sus electores, y esto es importante porque sucede que algunos diputados se quedan a residir en la capital, olvidándose de sus representados.

Podrá parecer un derroche el gasto en boletos de avión para los diputados, pero en descarga debemos recordar que la asamblea que ejerce el poder legislativo en nuestro país, representa a los habitantes, a todos y cada uno de los ciudadanos que habitan en el territorio nacional, es entonces un grupo de trabajo compuesto por individuos cuya residencia personal se ubica en cualquiera de las ciudades, regiones y municipios de México.

Pagarles el traslado de la casa al sitio de trabajo es una medida lógica, justa y correcta. No pagar gastos de traslado y hospedaje para los foráneos, provocaría el abandono del distrito y una ventaja para los legisladores oriundos del Distrito Federal, quienes no tienen necesidad de invertir en los viajes al trabajo ni en un hotel donde pernoctar los días laborables.

Cuando hago las consideraciones anteriores, no estoy pensando en los diputados inútiles, haraganes, irresponsables, ineficientes o como prefiera usted llamarles. Para los malos diputados, el salario mínimo que contempla la ley es excesivo y cualquier viático es un derroche.

Comparto con ustedes esta información como antecedente al comentario que quiero hacerles sobre el derroche que hace la Diputada Tacha Valdez, al pagarles a los diputados no victorenses – que son la mayoría – la fabulosa cantidad de 4 mil pesos de viáticos.

Anastacia Flores Valdez se pasó de ahorrativa y cayó en lo miserable al pretender que los legisladores del Congreso del Estado de Tamaulipas paguen su estancia, el traslado y los alimentos (en una ciudad ajena) con cuatro mil pinchurrientos pesos al mes.

Al inicio de los trabajos de la actual legislatura, Tacha Flores contrataba el hotel – nada de darles el dinero, pues sus compañeros son bien bandidos – y los limitaba a una noche por semana… y aquí vale preguntarle a la Presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso tamaulipeco si conoce o ya se le olvidó lo que implica en tiempo y dinero el viaje de Ciudad Victoria a Nuevo Laredo, Reynosa o Matamoros.

Anastacia Flores solo pagaba los gastos de hotel en los días en los que había sesión, como si todos los diputados tuvieran un avión a su servicio para llegar en una hora al Congreso, y como si no hubiera trabajo en las Comisiones.

Regreso con los cuatro mil pesos para decirles que con esa generosa cifra, lo que provoca es que los diputados se vean obligados a rentar una casa en la capital del estado y espaciar los retornos a su distrito.

Es oportuno mencionar que el legislativo no esta obligado a prestar servicios básicos a la población ni a construir obra alguna, y por eso es que no se entiende como es que teniendo un presupuesto millonario el Congreso del Estado de Tamaulipas, su administradora, la generosa Maistra de Matamoros, sea tan miserable con sus colegas…

Por esa cualidad de ser tan ahorrativa, es que se están incubando y creciendo los brotes de inconformidad entre los diputados tamaulipecos, quienes por lo pronto son muy generosos para compartir la información que deja mal parada a la comesola de la Lupe.

oscardiaz482@msn.com

Reynosa, Tamaulipas a 12 de abril de 2011