miércoles, 18 de mayo de 2011

Ahorro de Energía

Tangente
Por Oscar Díaz Salazar

Una de las quejas recurrentes en las plantas maquiladoras, es la que tiene que ver con las condiciones en las que se realiza el trabajo, además de la organización de los turnos, la duración de la jornada de trabajo, la mala calidad de la comida, el hostigamiento y otros.

En cuanto al ambiente de trabajo, ocurre principalmente en las factorías que laboran bajo el régimen de industria maquiladora de exportación dedicadas al ensamble de equipos electrónicos, que las áreas de labores se encuentran a temperaturas muy por debajo de lo que se considera lo optimo para el ser humano.

De 20 a 25 grados centígrados, para ponerle números y ser objetivos, es la temperatura “normal”, la que deben tener los edificios y los sitios en los que se reúne el hombre (y la mujer) para desempeñar una actividad laboral.

Las obreras de la maquiladora no entendían la razón por la que los sistemas de acondicionamiento de aire trabajaban en forma excesiva y continuada, para mantener el nivel del mercurio alojado en las ampolletas de vidrio de los termómetros, varias escalas abajo de la raya de los 20 grados Celsius.

En esas fábricas de componentes y equipos electrónicos en los que se labora en un ambiente gélido, muy debajo de los 20 - 25 centígrados promedio, se privilegia la temperatura óptima para los chips, conductores, tabletas, diodos y otras hierbas que ahí se ensamblan, y se deja en un segundo término el confort y la salud de la mano de obra.

Me acordé de estas historias de explotación en la industria maquiladora, en la que prevalece el capital y los mandos extranjeros, el día en que observé la cubierta de acrílico con candado, que cubre los controles del aire acondicionado, en los cubículos y oficinas del Congreso del Estado de Tamaulipas.

El recinto del poder legislativo de Tamaulipas es muy nuevo, sus diseñadores y constructores tuvieron el buen tino de colocar un control de temperatura en cada uno de los cubículos de los diputados. Es sencillo entender que al diputado de Mante, acostumbrado al calor, consiga refrescarse a temperaturas más cálidas de las que necesita el oriundo de Miquihuana.

Pues ese trabajo e inversión que se aplicó para que cada diputado y cada trabajador del Congreso climatice su área de trabajo a su propia temperatura de confort y bienestar, se han neutralizado con la instalación de pequeñas cámaras de acrílico transparente en el que se puede ver, mas no manipular, la temperatura a la que la Profesora Anastasia Flores desea que se trabaje en la institución donde nomas sus chicharrones truenan.

Después de la inspección visual en la que pude corroborar que la señora diputada derogó el derecho de diputados y servidores públicos del poder legislativo, a enfriarse o calentarse conforme a sus necesidades, me di a la tarea de investigar un poco más sobre este tema.

Resulta que a las 13: 30 horas, invariablemente y con puntualidad inglesa, que por supuesto no se aplica en el horario de inicio de las sesiones del Congreso, un canchanchan de la Maistra Lupita, que al parecer preside la inexistente Comisión de Ahorro de Energía, realiza un recorrido por todo el edificio del Congreso para apagar el aire acondicionado.

La Maestra Lupe Flores ha decidido que es de urgente y obvia resolución la necesidad de ahorrar energía y por eso es que ordena que se apaguen los climas artificiales a las 13:30 hrs., cuando las labores en el Congreso, por lo menos el horario de los empleados, concluye a las 15: 00 horas.

Esta es una pequeña muestra de lo ahorradora que es la Presidenta de la Junta de Coordinación Política del ache Congreso de Tamaulipas. Por estos meritos de la señora que quizás por su condición de campesina no requiera del “air condichion”, se me ocurre proponerla para que ocupe la representación del Fideicomiso para el Ahorro de Energía… y eso para no utilizar mi primera opción, que consiste en llamarle miserable.

oscardiaz482@msn.com

Reynosa, Tamaulipas a 17 de mayo de 2012