viernes, 23 de septiembre de 2011

Centro Cultural de Reynosa

Tangente
Por Oscar Díaz Salazar

Excluyendo las generalidades que se propusieron en frases como la modernización del estado, la oferta de algo mejor o la promesa de dar mas, me atrevo a decir que el compromiso mas importante de campaña de Eugenio Hernández Flores, cuando solicitaba el voto a los tamaulipecos para llegar a la gubernatura, el mas relevante de los que estableció con los habitantes de Reynosa, fue la construcción del recinto que hoy se conoce como el Centro Cultural de Reynosa.

La oferta más ambiciosa que hizo a los reynosenses, iba más allá de la edificación de un teatro o un auditorio. Para sacarle tajada a las plusvalías y comprometer recursos de otras dependencias, en particular del municipio y PEMEX, se vinculó la promesa de dotar a los fronterizos de un espacio para la exhibición de las manifestaciones artísticas, con el saneamiento de la laguna La Escondida, la construcción de obras viales de acceso y la puesta a punto de un complejo para la recreación, la cultura y el deporte.

En varias ocasiones me referí a esa promesa de Eugenio Hernández largamente postergada. Me quejé en varias columnas por la demora en materializar esa obra que fue promesa de campaña. Argumenté que a los reynosenses nos trajo todo el sexenio en el que mal gobernó con puras promesas, mientras en la capital se iniciaban y concluían la veintena de obras, de la misma envergadura de la que nos regateaba a los reynosenses.

Por esas quejas que le dirigí al ex gobernador, recibí varias críticas de algunos de mis paisanos interesados en el fomento a la cultura, quienes desde su óptica, filo gobiernista y priista, veían mal mi costumbre de ver el vaso medio vacío.

Pero no es mi intención divulgar los detalles de un debate que sostuve en su momento con algunos de mis paisanos que no compartían mi punto de vista en relación al Centro Cultura de Reynosa.

Lo que me interesa compartir con ustedes es una información que recientemente conocí y que prueba que el ex gobernador Eugenio Hernández faltó a su promesa de dar a los reynosenses un Centro Cultural.

Me dirán ustedes que el Centro Cultural de Reynosa esta ahí para probar que miento, y podrán agregar que en ese recinto ya se han celebrado chorrocientos conciertos, miles de conferencias, graduaciones, pláticas, obras de teatro y demás.

Algunos podrán decirme que me vieron en el recital del grupo musical en el que participa mi sobrino, y otros me platicaran de lo divertido que es el paseo en bicicleta en los senderos que construyeron en la periferia de la mole multicolor que se ubica a un costado de la laguna.

Ante estos argumentos no me queda mas que concederles la razón, pero sin admitir que estoy equivocado… intentare explicarme: Resulta que la obra se planeó, se diseñó, se construyó, se equipó y se inauguró…. Pero no se pagó, y es fecha que no se ha pagado.

Por esta sencilla razón de que aun no se paga la obra, tendremos que abonarle, darle el crédito y reconocerle el merito - cuando se realice el pago respectivo y solo hasta entonces - al actual gobernador Egidio Torre Cantú.

Muy pocos reynosenses saben que unas semanas atrás, el recinto principal, el teatro, estuvo a punto de quedar inhabilitado para sus fines, pues el proveedor de la butaquería casi llega a cumplir la amenaza de recoger sus muebles, al vencerse la fecha establecida en el ultimátum para recibir su pago.

Ante esta posibilidad que escandalizaría a la sociedad reynosense, que demostraría el engaño del anterior gobernador y exhibiría al actual como incumplido en los compromisos institucionales e inherentes al cargo que desempeña, el gobierno estatal procedió a liberar un pago parcial al contratista que edificó el Centro Cultural, un pago por la cantidad necesaria para liquidar el adeudo con el empresario que suministró las butacas.

Cifras millonarias se adeudan aun al contratista principal, al empresario a punto de declararse en quiebra, pues todo su capital lo utilizó para financiar esa obra que sigue dando de que hablar… a ver si no nos encontramos un día con la sorpresa de que el Centro Cultural Reynosa ya no tiene plafones, luminarias o paredes

oscardiaz482@msn.com