lunes, 26 de septiembre de 2011

“¿El regreso de la dictadura perfecta…?”

¡Aquí estamos!

Lic. francisco Javier Álvarez de la fuente
alvarezfj.2@gmail.com

En el reciente proceso electoral que se llevó a cabo en Guatemala, por decisión democrática, es decir, por la decisión del pueblo, de su ciudadanía, determinaron al regreso de lo que pudiera convertirse en una dictadura militar con la llegada al poder de un General con una larga historia de represión e incluso de homicidio y tortura.

Estos hechos los traemos a colación porque aquí estamos a punto de que nos suceda algo parecido, es decir, el regreso a la Dictadura Perfecta, un sistema que el PRI armó y perfeccionó durante más de 70 años en el poder y que el escritor, ahora Premio Nobel, Vargas Llosa definió con un término que no le podía quedar mejor a una forma de poder a la que queremos regresar o de la que más bien nunca nos hemos alejado.
¿Para esto sirve la democracia?, me pregunto, una democracia en donde se vota, y donde el voto cuesta, una democracia en donde es la mercadotecnia y sus voceros, principalmente Televisa quienes definen los rumbos y las preferencias del electorado.

En nuestro país lo que realmente hemos aprendido de este sistema seudo democrático es que sí, que los votos cuestan, y nos cuestan a todos y nos cuestan muy caro, y por triste que esto parezca, son fácilmente comprados y comprables, por una despensa o por un bulto de cemento, esto es lo que vale nuestra dignidad, y quisiera que alguien me contradiga, pero aquí y ahora gana quien tiene más recursos.

El ejemplo viviente de lo que aquí afirmamos es nada más y nada menos Enrique Peña Nieto, un personaje hecho a base del derroche de recursos, desde su campaña hace más de un sexenio, se dedicó a saquear las arcas del estado que gobernaba, y seguramente algunas más, para vender su amor a la empresa que se ha encargado primero de educar, o debiéramos decir mal educar a los mexicanos, nos referimos a Televisa, para que hiciera de él, la nueva y la mayor de las estrellas del canal de las estrellas.

Un nuevo PRI, dónde está el nuevo PRI del que tanto presumen, en algunos nuevas y carismáticos rostros, que sin embargo siguen los mismos usos y costumbres, porque no me van a decir que una legislatura encabezada por un Emilio Chuayffet representa al nuevo PRI, díganme si me equivoco, pero no es éste el mismo señor que tuvo que renunciar después de la matanza de Acteal a la Secretaría de Gobernación, y vuelvo a suplicar que me digan si estoy equivocado, no es éste señor quien substituye a otro también joven y sin historia alguna, Francisco Rojas, perdón, los señores, reciclados de un PRI que nunca ha cambiado, que nunca se ha ido y que no cambiará, uno es el representante de la fracción parlamentaria del PRI en la Cámara de Diputados y el otro es su presidente.

¿Cuándo? No señores, no hace 20 años, estamos hablando de septiembre de 2011, un PRI totalmente renovado.

Pero qué importa toda esta historia, qué importa si un señor Moreira aclamado y vitoreado, qué importa si el señor endeudo severamente, y sobre todo ilegalmente a su estado a espaldas de los otros poderes y por una o dos generaciones, qué importa si dejó a su estado con un regente mientras su hermano ocupa su trono, el trono que dejó vacante, no, eso no le importa a una ciudadanía que permanece enajenada frente a la pantalla ideotizante de Televisa y lo aclama aquí o en cualquier otro lado.

Y así podemos seguir comentando de lo que todos sabemos pero que los jilgueros del priismo, pretenden vendernos como el nuevo PRI. Donde nos damos cuenta que es un gatopardismo, o sea cambiar para ser lo mismo, y lo malo para México y bueno para los dirigentes del PRI, es que los mexicanos no tenemos memoria histórica, pero para traer a la memoria hechos como los anteriores… ¡Aquí estamos!