martes, 18 de octubre de 2011

Miguel Ángel Granados Chapa

Tangente
Por Oscar Díaz Salazar

Reconozco las deficiencias que tengo para la labor de escribir esta columna, y estoy consciente de lo mucho que debo aprender en estilo, uso del lenguaje, reglas ortográficas, análisis político, eso sin contar el gran esfuerzo que debo realizar para hacer de lado mis filias y mis fobias a fin de conseguir -y compartirles- una opinión mas objetiva.

Lo mucho que aun tengo por aprender en este fascinante y delicado oficio de periodista de opinión, me resultaba muy claro de entender, y lo sentía muy difícil de alcanzar, en cada ocasión en la que tenia la oportunidad de leer al Maestro Miguel Ángel Granados Chapa. Miguel Ángel Granados Chapa fue, y lo será por mucho tiempo, el modelo que seguramente nunca podre alcanzar, pero que siempre me podrá servir de inspiración.

De Granados Chapa he leído más de una anécdota que nos demuestra su total independencia del poder y de los poderosos, que en mas de una ocasión lo intentaron seducir, es decir cooptar, con ofrecimientos que además de ser muy costosos, se hicieron en el justo momento en el que se presentaba la necesidad para el autor de Plaza publica

En un programa especial de televisión transmitido a pocas horas de su muerte, se le calificó como el columnista político más importante de México. Escuchar ésta definición en forma póstuma, me hizo reflexionar sobre una opinión en la que coincido, misma que obtuve con la lectura diaria de su trabajo y el conocimiento de algunos fragmentos de su biografía, tan interesante como constructiva para nuestra sociedad.

Si mal no recuerdo, una de las historias que retratan fielmente la honestidad con la que siempre se condujo el periodista hidalguense, es la del intento de un político – creo que Carlos Hank González, siendo Regente del DF – de obsequiar una casa o departamento para el ya muy influyente comentarista político que vivía con su familia en un modesto departamento rentado en Tlatelolco. El rechazo fue inmediato para el político que ofrecía obsequiar una vivienda en el sector que escogiera el periodista, sin exigir a cambio alguna contraprestación o pago, por lo menos no en forma explicita.

En otra ocasión, un colega y amigo suyo acompañó al ex candidato a Gobernador de Hidalgo por una coalición del PRD y el PT, a comprar unos zapatos. Cumplido el trámite de seleccionar el calzado, probárselo y decidir su adquisición, el columnista decidió abandonar la zapatería llevando puestos los zapatos recién adquiridos. La empleada que los atendió les alcanzó en el pórtico del negocio para preguntar si envolvía el calzado viejo, a lo que el periodista respondió pidiéndole que por favor tirara los zapatos que ya tenían agujeros en la suela. Esta anécdota la concluye su amigo con la siguiente afirmación: “El mejor periodista de México usaba zapatos agujerados”.

La muerte de Miguel Ángel Granados Chapa representa una gran perdida para el periodismo mexicano, una ausencia que afecta a la democracia, la transparencia, la justicia y la solidaridad con las causas populares en nuestro país.

A quienes nos interesa la política y los asuntos públicos ya no podremos tener el “norte” que nos daba la lectura cotidiana de Granados Chapa, la opinión mesurada, el juicio oportuno y equilibrado de los temas vigentes, de la “agenda” que en muchas ocasiones consiguió marcar, inducir y establecer.

Ha muerto uno de los grandes del periodismo, el mejor periodista de las últimas décadas. El gremio periodístico está de luto… La sociedad mexicana toda, pierde con la muerte de un periodista que siempre fue incomodo para los poderosos, quizás por eso se soslaya la magnitud de la perdida que sufrimos con la desaparición física de un mexicano ejemplar, de un gran hombre, de un analista brillante, de un virtuoso en el manejo del lenguaje, de un periodista honesto y comprometido con la verdad y con sus lectores.

Reynosa, Tamaulipas a 17 de octubre de 2011